EL CUESTIONARIO
Antes de asignarnos un personaje, muchas veces nos pasan un cuestionario sobre algunas cualidades que tenemos y/o el tipo de papel que nos gustaría interpretar. El primer y muy importante paso es saber comunicar entre el jugador y el master lo que pensamos y lo que queremos.
Este paso se dificulta cuando no se conocen entre ellos, ya que algunas cosas que aprendemos de la otra persona con el trato no lo tenemos.
Cosas a tener en cuenta en el desarrollo del cuestionario o a la hora de contestarlo:
- Cada máster y cada partida es distinta. Hay partidas más estereotipadas, con mucha información del personaje que te ayuda a pensar como tu personaje, hasta he jugado un partida donde no te decían prácticamente nada de la partida ni del personaje y en teoría tu te lo creabas a gusto.
- Como jugador a la hora de responderlo tenemos que saber comunicar a la otra persona lo que queremos y ser consecuentes con lo que escribimos. No podemos pedir el personaje más saleroso y luego no ser capaz de hablar con nadie porque nos morimos de vergüenza. Además tenemos que dedicarnos un tiempo a reflexionar sobre la partida, lo que esperamos y hasta qué punto nos apetece involucrarnos.
- Para que una partida sea rica tiene que haber variedad de personajes, puede ser que en esta ocasión no te toque tu preferido, pero no por ello debes sabotear el personaje que te ha tocado.
MIEDO A INTERPRETAR BIEN NUESTRO PAPEL
Luego problemas te puedes encontrar mil, pero de lo que quería hablar en esta ocasión es cuando interpretas tu personaje y a veces o no sabes lo que se espera de tí o temes que si actúas de ciertas maneras puedas fastidiar a otros personajes o a la partida.
Al igual que en todos los puntos a partir de aquí puede pasar mil cosas:
- Desde el punto de vista de la partida: que lleve un guión que te dé pie a una interpretación libre y que incluso el master tenga programado que la gente se pueda salir del hilo principal. Pero también puede ser que para el master tenga un hilo central muy fuerte y que se salga la gente de conseguir esos objetivos suponga un marrón para él/ella. El master también puede equivocarse, montar una partida a veces es algo muy complejo.
- Desde el punto de vista personal: Nuestros propios temores a veces son en ocasiones más grandes que el problema al que nos enfrentamos, el miedo a actuar puede empobrecer la partida. Aunque una personalidad muy arrolladora puede apocar a otros personajes o comerse las tramas o los momentos de los demás. En general, siempre que no vayamos a fastidiar a los demás, pienso que hay que echarle morro y hacer las cosas y si nos equivocamos al fin y al cabo es un juego.
- Los demás jugadores: La confianza que tengamos con los demás, la forma de jugar de los demás o lo integrados que estén. Si te sientes cómodo con los demás es más fácil que te atrevas a probar cosas nuevas.
He estado consultando a algunos jugadores sobre sus experiencias y me gustaría compartir con vosotros algunos de sus comentarios. Las preguntas que les hice vinieron a ser cómo actuaron en esas situaciones y cómo afectó a la partida.
- Uno de los jugadores nos comenta que lo mejor ante la duda es hablarlo con el máster, lo cual es un consejo muy sensato.
- Otros nos comentan que a veces hace falta tomarse un minuto en la partida, reflexionar sobre lo que ha ocurrido, el tipo de personaje que llevan y tratar de ser coherente.
- Cuanto más peso tiene el personaje en la trama, más fácil sentirse cohibido.
- Respecto a las consecuencias normalmente aportas más de lo que pierdes, siempre puede crearse un conflicto, pero bien mirado, por dejar de hacer puedes crear un conflicto también.
Con todo, las conclusiones que he sacado: mejor arrepentirse de hacer que de no haber hecho. Cuando estemos achantados buscar apoyo de nuestros compañeros y/o del máster y sobre todo disfrutar.
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